miércoles, marzo 08, 2006

La partición del Sáhara Occidental, ¿por qué no?


Les inundacions als campaments saharauis i la situació de pobresa i precarietat en què es troben les desenes de milers de refugiats, han tornat a posar de manifest el deteriorament de les condicions de vida i la degradació personal, social, econòmica i política que pateixen. No em puc estar, doncs, de rescatar un article de l'any 2004 (que vaig publicar a El País) on apuntava una via de solució alternativa, una tercera via, per intentar, molt modestament, aportar una possible sortida "realista" a un atzucac que a hores d'ara crec que només beneficia el Marroc.
"La dimisión de James Baker como enviado de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, vuelve a poner sobre la mesa la incapacidad de la comunidad internacional para resolver un conflicto que lleva ya 29 años enquistado. El gobierno español hizo mal en 1975 el proceso de descolonización, más preocupado entonces por resolver sus propios problemas internos y temeroso de evitar una desestabilización que podía haber puesto en peligro la frágil estabilidad política del momento y el posterior desarrollo de la reforma hacia una democracia parlamentaria que algunos responsables tenían ya diseñada.

En realidad, era bastante cierto que aquí todo estaba “atado y bien atado”, excepto la previsión de que el rey de Marruecos iba a aprovechar la debilidad del gobierno español del momento para tomar posiciones de fuerza de cara a hacer inevitable la anexión del territorio del Sáhara Occidental. Mientras tanto, las relaciones entre España y el Frente Polisario continuaban siendo pésimas, ya que las acciones armadas de éste en los años anteriores le habían convertido en un enemigo a abatir.

Sea como fuere, la descolonización se hizo a toda prisa y mal, de forma vergonzante. España hizo oidos sordos a la exigencia de NN.UU, del Tribunal internacional de La Haya y de Argelia de que se celebrase un referéndum de autodeterminación. Fue el rey Hassan II quién marcó el ritmo con su fuerte presión anexionista (la famosa Marcha Verde) y el gobierno español sólo tuvo dos obsesiones: evitar enfrentamientos armados sobre el terreno y no ceder la soberanía al Polisario para no aparecer como perdedor. Al final, puede que con la cesión del territorio a Marruecos y Mauritania, en el Acuerdo de Madrid, España no apareciese exactamente como perdedora, pero el reparto originó un problema mayor del que había hasta aquél momento y dejó a los saharauis a merced de otras potencias colonizadoras. Sobre todo a merced de una, como se vería enseguida; dispuesta ésta a iniciar una larga guerra de desgaste, con el fin de anexionarse ella sola todo el territorio, a cualquier precio.

Tras años de guerra valerosa por parte del Polisario, apoyado por Argelia y por la Unión Soviética, se llegó más tarde a una situación que no tenía salida desde el punto de vista estrictamente militar. La URSS desapareció del mapa tras su propio hundimiento como superpotencia; Argelia ha tenido y sigue teniendo bastantes problemas internos como para mantener cualquier apoyo económico o logístico a la autodenominada República Arabe Saharaui Democrática. Y los refugiados saharauis de Tinduf (uno de los lugares más inhóspitos de la tierra para vivir) hace años que ya sólo sobreviven gracias a la ayuda humanitaria internacional y a su encomiable voluntad de superación de todos los contratiempos. Los casi treinta años de vida en los campos de refugiados les han debilitado enormemente, por más que se empeñen los líderes del Frente Polisario en aparentar lo contrario. En los campos de Tinduf hay desánimo, existe mercado negro producto de la aparición de diferencias económicas entre unos refugiados y otros, han aparecido ... y se han producido algunas fugas de personas relevantes hacia Marruecos. Las tímidas demostraciones militares en algunas pocas ocasiones en que había algo que celebrar no han hecho sino poner en evidencia la escasez de recursos para vivir y no digamos ya para volver a una hipotética lucha armada.

Todo ello no resta valor, sino todo lo contrario, a una lucha por la dignidad y por la independencia, que ha sido más que legítima y ha tenido momentos verdaderamente épicos. Tampoco resta mérito ni valor a los apoyos que desde el exterior y muy especialmente desde España, han mantenido viva la llama de la esperanza de un pueblo que en su momento se sintió traicionado y abandonado por su antigua metrópolis y que ha vivido durante décadas casi olvidado por la comunidad internacional.

En cualquier caso, el tiempo juega indudablemente a favor de Marruecos. Por eso los tímidos intentos de la comunidad internacional para llegar a acuierdos han sido siempre papel mojado. A Marruecos sólo le ha interesado y le sigue interesando demorar la solución final. Y no ha aceptado nunca ni aceptará jamás un acuerdo que suponga una rebaja en sus pretensiones de anexión del territorio y de asimilación por la fuerza de la población saharaui.

NN.UU ha tenido un papel relativamente digno, en el sentido de no permitir hasta hoy que Marruecos actuara unilateralmente e impusiera su razón por la fuerza. Se han destinado medios económicos y humanos a realizar un censo de población y se ha defendido la voluntad de celebrar un referéndum. Más tarde, el llamado Plan Baker 2003 propuso la elección de una autoridad autonómica para el Sáhara antes de organizar, al cabo de un periodo máximo de cinco años, un referéndum de autodeterminación, pero con un censo teóricamente favorable a Rabat. Aun así, éste descartó esta solución que sí era aceptada, en principio, por Argelia y el Frente Polisario.

Personalmente, hace años que vengo planteando con toda humildad en diversos seminarios de trabajo y en conversaciones con expertos, la pregunta ingenua de por qué no es posible ni deseable la partición del territorio del Sáhara Occidental para dar una solución al problema. En verdad tengo que decir que nunca he oido respuestas convincentes. Al principio, simplemente porque los expertos parecían confiar en una solución negociada (en la que yo nunca he creido, por pensar que a la mayoría de actores no les interesaba, y no sólo a Marruecos). Tuve que escuchar, además, por parte de algún miembro del Polisario y de los defensores de su causa, la acusación de que mi propuesta era una traición a su causa y a la memoria de los mártires de la lucha armada de un pueblo que ha sufrido mucho por defender su dignidad.

Para los marroquíes con los que dialogaba, mi propuesta era una simple provocación, ya que se atrevía a cuestionar una supuesta legitimidad histórica secular del reino alauita sobre ese territorio, sin que me hayan podido aclarar nunca por qué motivo ese reino tiene más derechos sobre el Sáhara Occidental que los que puedan tener Mauritania o Argelia.

Al final, para mi, lo único cierto es que, si la comunidad internacional no lo impide, una vez más el pez grande está a punto de comerse al chico. Por muchos seminarios que se celebren sobre la cuestión y por muchos planes Baker o similares que se vayan poniendo sobre la mesa. Y con esta afirmación no quiero en absoluto mostrar ni el menor desprecio por la actuación de NN.UU en el Sáhara, sino todo lo contrario. Sin esa presencia, la anexión por parte de Marruecos haría tiempo que se habría consumado. La dimisión de James Baker, simplemente puede tener la virtualidad de acelerar todo el proceso y de que éste se lleve a cabo de forma precipitada y desordenada, lo cual, evidentemente, no favorecería precisamente la adopción de una decisión medianamente justa y equitativa.

Por eso insisto en la necesidad de poner sobre la mesa nuevos escenarios posibles. Uno de ellos, la partición del territorio del Sáhara Occidental. En el Acuerdo de Madrid, la parte asignada a Mauritania venía a ser una tercera parte de los aproximadamente 226.000 km2 del total del territorio. No es la mejor parte, ni hoy por hoy, tampoco la más rica (aunque puede albergar riquezas por descubrir). Pero es mejor, sin duda alguna, que la zona de Tinduf donde han sobrevivido durante todos estos años los refugiados saharauis, a la espera de poder volver algún día a su tierra prometida.

Se podría discutir si la división debería ser exactamente esa misma que digo, con correspondencia al cien por cien con el reparto de 1975. Se podría hacer un reparto que garantizase más seguridad por ser de más fácil gestión e incluso un poco más benévolo para el Polisario. Otra frontera posible (en mi opinión, más justa) pasaría por el paralelo 24. En ese caso, el territorio asignado a los independentistas saharauis sería algo más extenso y tendría la virtud de incluir la ciudad de Dajla y su pequeña península. Así se daría mayor valor a la zona saharaui pero, sobre todo, se podrían prevenir posteriores conflictos al evitar que hubiese un enclave marroquí prácticamente dentro de territorio de la RASD.

Soy consciente de que estoy hablando de una operación enormemente compleja. La cual debería ir precedida de nuevas conversaciones, discusiones, acuerdos, traslados masivos de población, intercambios de prisioneros y migraciones de personas en un sentido y en el otro. Esta solución significaría también la aceptación y el reconocimiento, por parte de la comunidad internacional, de la creación de un nuevo Estado en el Magreb. Y el compromiso de NN.UU de acompañar durante un tiempo todo este proceso para asegurar que se llevase a cabo cumpliendo la legalidad internacional.

En definitiva, no estoy hablando de un invento de fácil ejecución. Soy consciente de que estoy sugiriendo una salida posible y realista, pero llena de interrogantes y que contaría en un primer momento con la probable oposición de las partes implicades. A lo mejor, sin embargo, si NN.UU dedicara a negociar esta solución una décima parte del tiempo y del dinero que ha gastado hasta ahora en el conflicto, y si otras potencias como la Unión Europea y Estados Unidos presionaran también en esa dirección, podríamos ver algunos resultados mucho antes de lo que los pesimistas de siempre pudieran llegar a imaginar".



Àlex Masllorens es diputado en el Parlament de Catalunya (PSC-CpC) y fue vicepresidente de Justícia y Paz.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La traició de la potència colonitzadora (l'estat espanyol) vers el poble sahrauí no és una questió d'interpretacions: és un fet, i no deixa de ser veritat encara que sembli ofensiu als polítics o diplomàtics europeus tant acostumats a la pràctica democràtica del debat aferrissat en el parlament i el -tots tan amics- en el passadís.

Si fora cert que la invasió del Sahara Occidental per part del règim del Marroc al 1975 va ser només possible només gràcies a la debilitat-inoperància-incompetencia del règim Espanyol, això -crec jo- no ens exhimiria de cap responsabilitat i per tant el govern espanyol -ara socialista- sería igualment part responsable i per tant implicada en aquest afer.

Pero es que no només es tracta de debilitat, vull pensar que per desconeixement l' autor no diu que els tractats de Madrid -on es va posar per escrit que el regim de Franco posava el Sàhara Occidental a les mans del Marroc i Mauritania- implicaven contrapartides econòmiques importants a favor d' Espanya. Això no es precisament debilitat, és traició. Es van vendre el Sàhara. Ens vàrem vendre el Sàhara.

Una altra cosa es que el Marroc com és pràctica habitual en les dictadures, no respectes els acords i Espanya no veiés un duro.

"Sea como fuere, la descolonización se hizo a toda prisa y mal". De quina descolonització parlem aquí? Que jo sapiga al Sahara Occidental mai s'ha endagat cap procés de descolonització. La potència colonitzadora va desaparèixer amb nocturnitat i un estat veí el va envaïr amb napalm i bombes de fòsfor. Per altra banda, les Nacions Unides encara avui sostenen que la potencia colonitzadora es l'estat espanyol.

Per tant, no hi ha hagut cap descolonització i desviar el tema és certament manipulador.

Sense voler criticar el concepte NNUU en la seva globalitat, el paper de la Minurso en tot aquest afer és -sense voler ser tan conciliador com l'autor del post- certament vergonyós, doncs jo entenia que les NNUU havien de garantitzar el compliment dels drets humans en la zona, i aixo mai s'ha portat a terme. De fet cada dia es violen més aquests drets a la zona, violacions sobre sahrauis.

La idea de la partició del Sahara (els europeus tenim la tendencia a arreglar-ho tot amb un tiralínies). Em sembla extremadament ingènua i imprudent. Ingènua per una banda perque entre el Sahara Occidental i nosaltres hi ha una monarquia feudal que seria responsable de garantitzar que aquest pla es portes a terme. Amb els antecedents que coneixem, qui es pot creure que això es portaria a terme? Quan de temps ens continuarem enganyant? Però es que amés a més, el règim del Marroc necessita vitalment de la ocupació per mantenir-se al poder. Eventualment avui parlen d'autonomia, demà de regió, demà passat neguen el que han dit i tornar a començar. Tot de cara a la galeria (exterior).

Imprudent perque no s'encara a l'arrel del problema: fer cumplir les resolucions de les NNUU i el dret internacional. Es una pèrdua de temps i el temps aquí és la clau. La metàfora del peix gran i el peix petit no ejemplifica un risc, retrata una realitat que ningu posa en dubte. I la historia reiteradament ens diu amb molts exemples que les ocupacions d'aquesta mena acaben en guerra-alliberament-guerra. I en el món mediatitzat en que vivim passen pel nacionalisme radical, fonamentalisme i finalment terrorisme. Esperarem a que això passi?

Jo proposaria deixar-nos de tiralínies i deixar d'enriquir (com estem fent, perque convé econòmicament a Europa) el règim corrupte del Marroc, aquest es el principal problema. La monarquia alauita i el seu entorn es el principal frè al desenvolupament i la democratització del Marroc. I si el nostre veí del sud anés bé ja no caldría un règim populista que necesita crear l'enemic secessionista per evitar la desmembració del ilusori "Gran Marroc" (això ens hauria de sonar en "l'any de l'estatut" en el que ens trobem).

I -finalment- hi ha la questió de Timor/Portugal. Perque no seguir l'exemple? Crec que ens falta valor (posar-ho a l’agenda del Sr Zapatero) i ens guanyen la hipocresía i les ambicions econòmiques.

Cordialment

Josep Auferil

Àlex Masllorens dijo...

El cert és que estic d'acord en algunes (no totes) de les afirmacions que es fan aquí. Però, per a mi, la questió de fons ja no és ¿què s'ha fet malament? (que és molt), sinó ¿com evitar que els cada cop menys habitants del Sahara i menys entusiastes de la RASD que van quedant, obtenen una sortida digna? I això és el què proposo jo. L'alternativa és el no-res.

I, per cert: crec sincerament que la major part de la població del Marroc considera que el Sahara forma part del seu país, amb independència que hi hagi un rei dictador i corrupte al davant.

Anónimo dijo...

Benvolgut Àlex, gràcies pel comentari.

Probablement vivim realitats diferents. Parles de la població minvant d'entusiastes de la RASD, aquesta no es la percepció que he tingut en les visites que vaig fer al 2005 tant als territoris ocupats (ciutats ocupades d'Aaiún i Smara) com a l'altra banda del mur de la vergonya: els campaments de refugiats de Aaiún, Smara, Dahla i 27 de Febrer.

A l' ex-sahàra occidental i ha una gran comunitat de activistes Sahrauis que s'organitzen en la clandestinitat malgrat la forta presència militar i policial en la zona i la repressió real que s'hi porta a terme. Crec que com més repressió hi hagi per part del règim del Marroc, més suport tindrà la RASD. Llei de vida.

Als campaments de refugiats el suport a la RASD és gairebé unànim, i dista molt de la propaganda dels mitjans de comunicació marroquins controlats pel règim que no paren de assegurar que els refugiats estan "segrestats" per la RASD. És una falàcia.

Que la major part del Marroc creu que el Sàhara forma part del seu país? No ho tinc molt clar, si més no això es el que he pogut comprovar parlant amb Marroquins dins el territori Marroquí (al nord del Sàhara ocupat), en el que sí que es posen d'acord la major part dels marroquins es en que voldrien viure en democràcia, això sí.

Àlex, estic molt interessat en conèixer en quins fòrums o experiències personals has pogut percebre la realitat que esmentes.

Es cert que hi ha una part significativa dels cituadans Marroquins que creuen cegament que no només el Sàhara és Marroquí, sinó també és Marroquina una part d'Algèria i Mauritania. Deixem que s'anexionin aquests territoris tambe? Així doncs el concepte del "Gran Marroc" està arrelat socialment gràcies a la propaganda del règim, però té fonaments històrics prou rebatuts i són de legitimitat bastant dubtosa per la seva procedència.

És per això que crec que la teva argumentació de "fets consumats" per defensar la marroquinitat del Sàhara és feble o potser no l'he sabuda entendre. I ho dic amb una òptica de futur (no només de passat), el pragmatisme dels "fets consumats" em sembla molt perillós, si els fets son consequencia de l'injusticia. Quina mena de societat podrem construir amb aquests principis?

Sincerament, jo no només buscaria una "sortida digna" pel poble Sahrauí, sinó també pel règim del Marroc, que és el que realment està abusant dels més febles i hauria de rectificar. Potser nosaltres els podriem "ajudar" a rectificar si asumíssim la nostra
responsabilitat històrica d'una vegada (tan difícil és?) i concentressim esforços no només en sortides dignes sino en el present d'avui per evitar la violació sistemàtica dels drets humans al Sahara que esta tenint lloc en aquests moments.

Ben cordialment,

Josep

Àlex Masllorens dijo...

Tens molta raó. Certament, Espanya va tenir una actitud lamentable en el seu moment i va deixar abandonats els sahrauis a la seva sort. I després cap govern no ha corregit aquesta manera de fer.
També és cert que l’anomenada “comunitat internacional” no ha tingut, en la pràctica, gaire èxit en les seves gestions. Amb el temps, ha anat confirmant les tesis marroquines i evitarà que hi hagi un nou Estat al Mahgrib.
És per això que la meva posició, que va contracorrent i no és ben rebuda gairebé per ningú, pretén donar una sortida digna al poble sahraui (partint de la realitat, no dels desitjos). Estic convençut que la RASD acabarà pitjor que si s’apliqués el que jo proposo. Però, naturalment, tothom pot pensar i opinar el què vulgui.