lunes, diciembre 21, 2009

miércoles, diciembre 16, 2009

No violència i política

L'amic Mohammed Chaib -ex company meu al Parlament de Catalunya- acaba de fer unes declaracions a El Periódico, molt crítiques amb l'activista sahraui Aminetu Haidar. Té tot el dret a fer-ho i no em sorpren que ho vegi així, perquè ell sempre coincideix amb les tesis oficials marroquines, en la qüestió del Sàhara Occidental i en les altres. Forma part de la llibertat d'expressió que pugui dir el que pensa i, a més, crec que té raó quan constata que la immensa majoria dels 300.000 marroquins que viuen a Catalunya comparteixen aquesta mateixa opinió.

El que em sembla més curiós d'aquesta història és que Chaib descobreixi ara la sopa d'all, a aquestes alçades de la pel·lícula, trenta-quatre anys després de la marxa verda, i afirmi ingènuament que "diran que sóc un venut, però el cas Haidar no és humanitari, és polític". Això sí que és ben sorprenent: portem trenta anys d'ocupació il·legal (segons NN.UU), de persecucions, maltractaments i tortures als dissidents, de censura sistemàtica i tancament de mitjans de comunicació, de negatives a aplicar les resolucions de NN.UU i a dur a terme el referèndum per a l'autodeterminació... i ara resulta que la vaga de fam d'Aminetu és "política".

Naturalment! Tan política com les emblemàtiques vagues de fam del Mahatma a l'Índia i d'altres que s'han fet arreu en diversos moments històrics. Mesures no violentes de pressió als poders públics i de conscienciació de la ciutadania que, més enllà de l'opinió que pugui tenir cadascú sobre un conflicte en concret, mereixen tot el respecte i, en el meu cas, tota l'admiració.
Per cert, el que no em queda del tot clar és si al diputat li sembla malament que la ciutadania es dediqui a la "política".

Las nefastas secuelas del low cost

Vivimos cada vez más en la sociedad del low cost. Y todavía hay muchos que se alegran de ello, sin pensar en las nefastas secuelas del asunto. Una de ellas, la instauración de una cultura que también es de gama baja y con pocas pretensiones. Una cultura que es, como casi todo, de usar y tirar. Lo importante, ahora, es el espectáculo; la forma, más que el contenido. Nos alegramos de que las rebajas y las oportunidades duren todo el año. O de poder volar en low cost en condiciones cada vez más penosas. O de consumir ocio y cultura sin pagar nada a cambio. O de que haya tiendas de comestibles abiertas a todas horas. O de que las calles anden plagadas de bazares donde comprar productos que no necesitamos a precios irrisorios. Pero el resultado más evidente de este modelo de rebaja permanente, la otra cara de la moneda, es que lo que de verdad está cada vez más rebajado es el poder adquisitivo y la calidad de vida. Muchas empresas despiden o prejubilan a los trabajadores mejor pagados y contratan a jóvenes más preparados por menos dinero y con más precariedad. No protestan, porque se han resignado a vivir de otra forma. Hay poco compromiso político y sindical y la competencia es tan dura que cada cual va a lo suyo. Se vive al día, buscando el lado positivo de esta forma de vida.

El gran sueño de varias generaciones fue creer que conseguiríamos algún día que en el tercer mundo la gente llegase a vivir como se hacía en el primero. Sin embargo, estamos a punto de lograr justamente lo contrario: que en los países más desarrollados las condiciones de vida se parezcan cada vez más a las de los países llamados emergentes. Antes, el modelo era Hollywood; ahora parece que no hay más remedio que parecerse a China. La China que ignora y desprecia los derechos humanos, la que contamina más que nadie. El lugar en cuyas fábricas hay madres que trabajan doce o más horas al día frente a una máquina, mientras sus hijos corretean a su alrededor. Las camisetas o los pantalones que producen estas desdichadas mujeres cuestan aquí entre uno y diez euros, aun cuando hayan sido facturados a tanta distancia. Decía Oscar Wilde que “un cínico es un hombre que conoce el precio de todo y no da valor a nada”. ¿No nos estaremos volviendo todos un poco cínicos?

(Lo he publicado en El Periódico el 14/12/09)

jueves, diciembre 10, 2009

UMD: Más vale tarde que nunca

I. DISPOSICIONES GENERALES
MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA
Orden PRE/3279/2009, de 4 de diciembre, por la que se dispone la publicación de la Declaración Institucional de reconocimiento a miembros de las Fuerzas Armadas en la transición a la democracia con especial mención a la Unión Militar Democrática (UMD).

El Consejo de Ministros, en su reunión de 4 de diciembre de 2009, ha aprobado una Declaración Institucional de reconocimiento a miembros de las Fuerzas Armadas en la transición a la democracia con especial mención a la Unión Militar Democrática (UMD).

Madrid, 4 de diciembre de 2009.–La Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega Sanz.

ANEXO
Respecto al especial reconocimiento a los miembros de la Unión Militar Democrática (UMD) se hace constar que:
1.º Un grupo de militares con convicciones democráticas constituyeron el 1 de septiembre de 1974 la organización denominada Unión Militar Democrática, con la finalidad de apoyar, desde el seno de las Fuerzas Armadas, el establecimiento de la democracia en España.
2.° Con objeto de facilitar la nueva legalidad, el 27 de junio de 1977, unos días después de celebradas las primeras elecciones libres, acordaron su autodisolución poniendo fin a sus actividades y dando así cumplida muestra de coherencia con su ideario.
3.° Los militares relacionados con la UMD sufrieron procedimientos judiciales y disciplinarios fundamentados, no en el ámbito de su conducta profesional, sino en el de su apoyo a la democracia.
4.° Oficiales del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire fueron procesados y condenados por pertenencia a la UMD en las causas 250/75 y 183/76 y la práctica totalidad separados del servicio. Asimismo se abrieron otras causas contra miembros de la UMD sin que los implicados fuesen finalmente condenados.
5.° La Ley 24/1986, de 24 de diciembre, de rehabilitación de militares profesionales, reconociendo que en la aplicación de la amnistía establecida en el Real Decreto-ley 10/1976 y en la Ley 46/1977, se había cometido un trato desigual con relación a otros empleados públicos, permitió su reincorporación a los Ejércitos con el empleo que les hubiera correspondido por antigüedad. La rehabilitación legal no supuso, sin embargo, el desempeño de ningún destino en servicio activo. Al haber transcurrido un tiempo excesivo, no se dieron las circunstancias para hacer factible la ocupación de los destinos que alguno de ellos hubiera deseado, por lo que todos, en un corto período de tiempo, pasaron a la situación de reserva.
Es de justicia poner de manifiesto que los sacrificios personales y profesionales asumidos por los militares de la Unión Militar Democrática (UMD), que arriesgaron su carrera y promoción profesional e incluso su libertad personal, son prueba manifiesta de su patriotismo, su alta conciencia democrática y su inquietud por contribuir a mejorar las Fuerzas Armadas, en el marco de la convivencia entre todos los españoles. El compromiso de los miembros de la UMD contribuyó a hacer visible la voluntad de un número significativo de oficiales de las Fuerzas Armadas que propiciaron y apoyaron la transición a un régimen democrático y constitucional.

Pérez Esquivel i els drets dels infants

Ahir vaig assistir a una molt interessant xerrada que el premi Nobel Adolfo Pérez Esquivel va fer a la seu d’Intervida, a Barcelona. Entre d’altres qüestions, va parlar de la Convenció dels Drets de l’Infant i ens va explicar que acaba d’enviar una carta a Barack Obama (ara també Nobel de la Pau) en la qual el convidava a ratificar la Convenció, en nom dels Estats Units. Aquesta carta no ha tingut resposta, com tantes altres que Pérez Esquivel ha dirigit en els darrers trenta anys a dirigents del món.

A vegades, tendim a menysprear els grans acords que se signen a les Nacions Unides. Però, en molts sentits, alguns marquen un abans i un després. És el cas de la Convenció dels Drets de l’Infant, que quan es va aprovar, el 1989, va ser realment innovadora. No solament protegeix l’infant i li garanteix (de iure, que no de facto) l’accés a molts drets, béns i serveis bàsics ignorats fins aleshores, sinó que entra en terrenys com l’obligació dels estats a assegurar a l’infant el dret a manifestar la seva opinió en tots els afers que l’afectin. A més, proclama el dret de l’infant a la llibertat d’expressió, de pensament, de consciència i de religió.

De la importància pràctica de l’aprovació de la Convenció en pot donar una idea, per exemple, el fet que obligui els estats signants a complir-la en tots els preceptes. A Catalunya, concretament, va servir en els anys 90 per pressionar la Generalitat perquè oferís cobertura sanitària i plaça escolar a tots els menors estrangers en situació administrativa irregular. Quan aquest criteri ja s’aplicava a Catalunya (basant-se en l’obligació dels estats a donar compliment a la Convenció) hi va haver algunes sentències judicials que van estendre l’obligatorietat d’aquesta norma a tota Espanya.

Per tant, queda clara la importància pràctica i real del text que va promoure NN.UU i que ha estat el conveni que ha signat un major nombre de països fins avui: només Somàlia i els Estats Units s’han negat a ratificar-lo i per això Pérez Esquivel li ha enviat la carta a Obama.

miércoles, diciembre 02, 2009

Ser un "container"

Reproduzco un artículo que publica hoy el amigo Gustavo Duch en Galicia Hoxe

Todas las noches en los callejones y patios traseros de los supermercados, los contenedores de basuras se atiborran de comida que no pudieron vender, aunque se puede comer. De bastante comida. Dos ejemplos: con el volumen que desechó Carrefour en el 2005 podrían haber comido unos 110.000 españoles durante 365 días. Y según los datos del Worldwatch Institut de Washington, en EE.UU. se tira a la basura entre el treinta y el cuarenta por ciento de los comestibles de los supermercados. Mucha gente sabe eso, y saben también en qué lugares y a qué horas se producirá el descargue. Se hacen llamar los “containers”. Algunos lo hacen por la más pura necesidad, para su propia alimentación, otros por conciencia política y recogen acelgas, galletas o yogures a punto de caducar para centros sociales.

Pero la economía del consumismo no puede parar. Para asegurar reponer las estanterías de los supermercados el Gobierno permite y apoya el uso de la fuerza “disuasoria” de las armas en la flota atunera. Habrán visto las fotos de cómo generales en la reserva o ex policías antidisturbios trasmiten sus mejores artes de puntería, de garrotazos y de “arriba las manos que disparo” a jóvenes con nóminas de aúpa. Se trata de garantizar nuestra seguridad alimentaria –dicen- con compañías privadas. Seguratas de la seguridad alimentaria.

Un poco violento, la verdad. En la Cumbre Mundial de la Alimentación celebrada en Roma, hemos visto que ahora lo que se lleva entre los países punteros es la compra de tierras. “Bienvenidos a los Emiratos Árabes” reza un letrero en el interior de Mauritania y medio Madagascar ya lo tiene apalabrado Corea del Sur. Mucho más elegante y barato nos saldría que España comprara Somalia al completo. En las fronteras diría, “Bienvenidos a Españolandia. Degusten nuestro marmitako”.

Todo es circular. La colonización se perpetró con el uso de las armas y las doctrinas. Lo explicaba el Arzobispo Desmond Tutu, "cuando vinieron los misioneros a África tenían la Biblia y nosotros la tierra. Nos dijeron: vamos a rezar. Cerramos los ojos. Cuando los abrimos, teníamos la Biblia y ellos la tierra.". Décadas después el credo que reverenciar ha sido la “Mano Invisible” del mercado. Cuando abrieron los ojos se encontraron rodeados por la Armada.