jueves, noviembre 22, 2007

El poeta indecente

¿Qué tuvieron en común Oscar Wilde y Toulouse-Lautrec? ¿Qué puede unir todavía hoy a ambos genios con el historiador de arte Richard Ziegler, hijo de una alemana que convivió con el régimen nazi? ¿Y qué puede relacionar, a su vez, a todos ellos con Sara Klein, hija de judíos alemanes que tuvieron que abandonar su país, lucharon en la Resistencia y acabaron muriendo en la guerra?
¿Qué papel juegan también en esta historia el catalán Josep Oller, fundador del célebre Moulin Rouge de París y los escritores Thomas Mann y Henry James?
El poeta indecente resulta un libro extraño y sorprendente; consigue crear una atmósfera muy especial que acaba envolviendo al lector, inexorablemente. Àlex Masllorens desafía nuestra capacidad de asombro y nos invita a viajar por el tiempo, en una bien trabada interacción de personajes e historias reales y de ficción.

El poeta indecente
Deriva Editorial, S.L
Noviembre 2007
17 €
Distribuye Arc de Berà (93.465.30.08)

miércoles, noviembre 21, 2007

Res de nou sota el sol


Va arribar, va llegir i, al final, tot va quedar en foc d'encenalls. Tret de l'aplaudiment dels incondicionals i un logotip que no serviria ni per a l'ajuntament de Ventdelplà. El gran problema d'Artur Mas és que feia mesos que anunciava a bombo i platerets que el 20 de novembre revelaria el contingut de les taules de la llei, i el seu gran missatge no aporta res de nou. Com a màxim, el que altres estan pregonant i practicant des de fa uns quants anys. És a dir: que el catalanisme solament pot ser útil si és compartit per tots (o, almenys, per la immensa majoria de la població), i si és integrador i contribueix a la cohesió política i social de la ciutadania de Catalunya. ¡Benvingut al club dels que no havíem cregut mai que hi hagués bons i mals catalans, senyor Mas!


Segons sembla, la gran aposta de Convergència i Unió per al futur consisteix a "repensar, actualitzar i posar al dia el catalanisme". I, amb aquesta finalitat, Artur Mas ofereix quatre fórmules màgiques. Primera: canviar nació per nació plena. Segona: canviar modernització per lideratge. Tercera: oblidar-nos d'Espanya i situar Catalunya al món. Quarta: canviar autogovern per autodeterminació, però sense anomenar-la pel seu nom, perquè això podria espantar alguns a qui es pretén atraure amb la resta de les propostes. Els primers a espantar-se, per cert, han estat els mateixos socis de Mas, que s'han afanyat a recordar que ells no són independentistes. Aquest és el principal problema que té l'operació casa gran: que pretén ampliar la base política i social de suport a Artur Mas i comença posant en dificultats la mateixa coalició amb Unió Democràtica.


Un altre inconvenient és que descobreix la sopa d'all del catalanisme transversal just quan fins i tot els sectors tradicionalment més reticents de la societat catalana fa temps que van arribar a la conclusió que és un punt de trobada per a tots, sempre que es basi en la justícia social i ens faci a tots més iguals en drets i deures. Totes les forces polítiques amb opcions reals de formar part del Govern van optar al seu dia per ser catalanistes. Així que la proposta de Mas no feia cap falta. I el que no fa falta, sobra.


Publicat a El Periódico (21/11/07)

martes, noviembre 13, 2007

Una temporada en la tierra

El periodista y poeta Lorenzo Gomis tuvo la ocurrencia de llamar a sus memorias Una temporada en la tierra. No era sólo un título ingenioso; expresaba con nitidez la personalidad de su autor: un hombre profundamente creyente, que se sabía de paso por aquí y, mientras tanto, supo escuchar y respetar las ideas de los demás como pocos saben hacerlo. Murió convencido de que hay otra vida y de que ahí encontraría a Dios, esperándole.

Salvando las distancias, mi padre fue también un hombre de fe. Siendo joven le pilló la guerra incivil y se alistó en el bando que después ganaría. Fue admirador de Dionisio Ridruejo y, en cierto modo, experimentó una evolución parecida a la suya. Precisamente acaba de aparecer ahora el libro Casi unas memorias, donde Ridruejo aclara su progresión ideológica. Con pretensiones mucho más modestas, mi padre dejó escritas unas páginas de recuerdos sin título. En ellas puede leerse: “Del verano de 1930 recuerdo la asistencia a la primera boda de mi vida como invitado. Se casaba mi prima hermana María Sistach con Joan Martínez. María era hija de mi madrina Antonia… Estrené un traje nuevo, de hombre, y por primera vez pude olvidarme de las dichosas “marineras”, tan incómodas, de los días festivos”.

En abril de 1937, Joan Martínez y María Sistach tuvieron un hijo, a quien bautizaron con el nombre de Lluís, que más tarde optó por el sacerdocio. En noviembre de 1987, sólo dos meses después de morir mi padre, Lluís Martínez Sistach fué nombrado obispo por Juan Pablo II y el próximo 24 de noviembre recibirá la birreta cardenalicia de manos de Benedicto XVI. Será así como el hijo de aquella prima hermana de mi padre se convertirá en príncipe de la Iglesia (menudo contrasentido que haya príncipes y jefes de estado en la iglesia de Jesús de Nazaret). Teniendo en cuenta el talante moderado y dialogante del nuevo cardenal, algunos osamos preguntarnos (y preguntarle) cuál será a partir de ahora su contribución para alejar a la jerarquía católica de esa imagen cada vez más carca, más sectaria, más antipática y más gruñona. Alguien tiene que empezar ¡Ánimo cardenal!

Artículo publicado en El Periódico de Catalunya (12/11/07)

viernes, noviembre 09, 2007

Pérez Esquivel a Barcelona


Adolfo Pérez Esquivel, premi Nobel de la Pau, serà a Barcelona divendres vinent, 16 de novembre, per presentar el seu llibre "Cultivemos la paz", publicat per Deriva Editorial (12 €).

L'acte es farà a la seu de Cristianisme i Justícia, carrer Roger de Llúria 13, a dos quarts de vuit del vespre. Tothom hi és convidat.

miércoles, noviembre 07, 2007

Qué me ha enseñado la política

Lo primero que he aprendido durante los años que me he dedicado profesional- mente a la política es a respetarla. Y a tener un alto concepto de ella. Es una actividad imprescindible en una sociedad como la nuestra y ejercerla debe ser considerado un servicio a la comunidad. He conocido a personas honestas y capaces, con un alto sentido de la responsabilidad.

Lo malo es que corren malos tiempos para la lírica. Hay demasiados políticos que muestran actitudes y comportamientos indignos, y algunos hasta han sido cazados in fraganti reconociendo que se dedican a la política con el único fin de enriquecerse; de paso, los juzgados andan repletos de causas pendientes en las que a algunos alcaldes o concejales se les acusa de haber cometido actos ilícitos. Tal vez por todas estas razones, a la mayoría de ediles les ha abandonado la sociedad, les ha dejado solos, sometidos a los designios de un mercado cada vez más ávido y salvaje y en manos de la voracidad especulativa de quienes desean enriquecerse en una sola noche.

El capitalismo actual es más selvático que nunca. La ciudadanía se aleja de la política, por una desconfianza que en buena parte se ha ganado a pulso la mal llamada “clase política”. Pero ese alejamiento no hace sino cansar a los que se acercaron a la política con buenas intenciones y ganas de trabajar por el bien común y, paradójicamente, dar alas a aquellos que lo hicieron con las peores artes.

Si algo he visto aún más claro durante el tiempo que me he dedicado a la política es que es imprescindible la complicidad entre los sectores más sensibilizados y mejor formados de la sociedad y los políticos. Hay que renovar el contrato social, en clave de ciudadanía responsable. Es la única solución real que se me ocurre para salvaguardar los intereses de la mayoría. Hoy las grandes corporaciones económicas y financieras (cada vez más grandes, más anónimas y más depredadoras) tienen a menudo intereses opuestos, contradictorios y hasta incompatibles con los de la mayor parte de la población mundial.

Ejercer la política me ha confirmado las limitaciones de los políticos frente a otros poderes cada vez más fuertes y más alejados del interés de la mayoría. Poderes que, de un modo u otro, intentan alejar a la ciudadanía de la política. Hay una defensa del “apoliticismo”, del fin de las ideologías, que no es más que pura derecha. La derecha de siempre. La del famoso crepúsculo de las ideologías (“joven, hágame caso, no se meta en política”). Nada más lejos de la realidad. Que no hubiera ideologías en liza sólo significaría que hubiese una sola ideología: la extrema derecha, el conformismo, la entrega y la sumisión total y absoluta al poder.

Frente a esa propuesta nihilista y resignada, sólo se me ocurre una alternativa viable y medianamente optimista: política, política y más política. O lo que es lo mismo: una ciudadanía fuerte, con una educación potente, libre y plural; sensible ante las desigualdades y que acepte que hay que luchar por la igualdad de oportunidades; capaz de organizarse de forma plural y con instituciones democráticas sólidas que se sientan en condiciones de plantar cara al poder económico.

Es cierto que hoy la política atraviesa momentos de enorme desprestigio. Y que hay políticos que no merecen ostentar las responsabilidades que se les han delegado. Pero la solución no está en que los mejores huyan de la política, sino todo lo contrario, en que la sociedad tome plena consciencia de la trascendencia de la actividad política y busque la forma de que se dediquen a ella los más honestos y los mejor preparados.

Todo lo contrario de lo que escribió Raymond Chandler en “La dama del lago”: “El trabajo policial plantea un gran dilema. Como la política, más o menos. Deberían dedicarse a ello sólo los mejores hombres. Pero no tiene ningún atractivo para los mejores hombres, y por eso tenemos que trabajar con lo que encontramos… Y ya ve usted lo que encontramos”.

Este artículo lo he publicado en un excelente monográfico de la revista El Ciervo sobre política y democracia (noviembre 2007)

lunes, noviembre 05, 2007

¡Menudo contrasentido!

¿No es un contrasentido que para acortar la duración de la famosa Gala de los Premios Goya se haya decidido suprimir, precisamente, el premio... al mejor corto?

Censura de fotos en Canarias


La Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias (UPCC) ha rechazado la censura realizada por el gobierno de Canarias, al obligar a retirar dos fotografías de la exposición “Sin permiso, con derecho”.
Esta muestra fotográfica se exhibe, a petición de este organismo, en la antesala del centro Magma Arte & Congresos de Adeje, en Tenerife, dentro de los actos de una conferencia europea sobre la inmigración irregular que organizaban el propio gobierno autónomo y el Comité de las regiones de la Unión Europea.

La UPCC exige una explicación oficial por la mutilación de esta exposición, que atenta contra la libertad de expresión y los derechos sobre la propiedad intelectual de esta obra en la que participan 13 fotoperiodistas del archipiélago. Al parecer a algunos altos dirigentes de la clase política tinerfeña les pareció inapropiado, además de dañino para la promoción turística de la isla, que en las imágenes se mostrara la llegada de inmigrantes a las playas junto a los turistas.
UPCC quiere dejar claro que, además de los millones de turistas que cada año visitan el archipiélago, existe otra realidad no tan amable, que es el drama de las miles de personas que arriban en pateras y cayucos a las costas canarias desde hace años.
El objetivo de esta exposición, inaugurada el pasado mes de junio en Santa Cruz de Tenerife con un gran éxito de asistencia, crítica y repercusión mediática, es sensibilizar a la población en general sobre el drama que viven aquellos que deben abandonar sus hogares en busca de una vida mejor en Europa. A pesar de este lamentable capítulo, el sindicato pretende que la muestra fotográfica siga recorriendo los municipios canarios y otros de España y de Europa.