Barcelona cuenta desde el lunes con una Oficina del Milenio de Naciones Unidas. Con la puesta en marcha de esta Oficina, Cataluña da un paso más para convertirse en un referente europeo de la cooperación al desarrollo. La Generalitat colaborará estrechamente con la sede central que Naciones Unidas tiene en Nueva York y trabajará para alcanzar los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio antes del 2015.
Estos objetivos son: erradicar la pobreza extrema y el hambre; conseguir la enseñanza primaria universal; promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de las mujeres; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud maternal; combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad del medioambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. A pesar de que estos objetivos pueden parecer de entrada inalcanzables para muchos, entre otras razones, porque no se puede obviar que existen intereses políticos, empresariales e incluso religiosos que no facilitan el camino para conseguir estos fines, la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament (ACCD) hace todo lo posible por llevar a cabo la apuesta que en su día realizaron 189 Gobiernos, en la Cumbre del Milenio del año 2000.
Tal vez no los alcancemos todos, pero los objetivos siguen siendo una meta para el año 2015. El trabajo realizado hasta entonces ya no tendrá marcha atrás. A partir de esa fecha valoraremos el camino recorrido y evaluaremos los puntos donde menos se ha avanzado, con el fin de de trabajar activamente en ellos durante los años siguientes. No podemos obviar que cada año diez millones y medio de niños mueren sin llegar a los cinco años ni que más de mil millones de personas viven en situaciones de extrema pobreza. Todos los esfuerzos que llevemos a cabo, por pequeños que sean, deben tener el objetivo de ayudar a mejorar las condiciones de vida de todas estas personas.
Una vez más, Cataluña vuelve a ser pionera en el ámbito de la cooperación. La Oficina que se pone en marcha ahora en Barcelona es la primera Oficina del Milenio que se abre en Europa. Cataluña viene siendo una referencia en la cultura de la paz y en la cooperación al desarrollo. Una clara muestra de ello es que ha sido el primer Gobierno no estatal en llegar a un acuerdo de colaboración con Naciones Unidas. La Generalitat aportará un millón de dólares al año a la Campaña del Milenio, que se destinará a proyectos de erradicación de la pobreza. Pero esta colaboración no es única ni puntual. El Gobierno catalán, a través de la ACCD, viene cooperando con algunos organismos dependientes de Naciones Unidas desde 2002. Las colaboraciones que mantiene con la UNFPA (Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas) con una aportación de 600.000 euros anuales para programas de salud reproductiva y de la mujer; con el UNIFEM (Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer) al que la ACCD aporta 500.000 euros para dar apoyo al liderazgo de mujeres jóvenes indígenas de América Latina; con el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) con el que acordó una ayuda de 600.000 euros anuales en el período 2005-2006 para potenciar las políticas de desarrollo humano en América Latina y el Caribe o con el Comité Catalán del ACNUR (Oficina de el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) con el que colabora desde 2002 en programas en Colombia, Angola y Liberia con una aportación anual entre 400.000 y 500.000 euros son algunos de los ejemplos de esta nueva estrategia de cooperación internacional.
La Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament ha crecido mucho desde su creación en 2002, tanto en lo que hace se refiere a medios técnicos, como en presupuesto. En los últimos tres años, la ACCD ha triplicado su presupuesto. Ha pasado de 13,9 millones en 2003, a 44 millones en 2006. Otro de los objetivos en los que trabaja concienzudamente el Gobierno de la Generalitat es alcanzar cuanto antes la ya mítica cifra del 0,7% destinada a proyectos de desarrollo.
Nuestro objetivo es mantener esta tendencia al alza, pero también, y sobre todo, tener muy claros y bien definidos los objetivos estratégicos de la ayuda oficial al desarrollo, de forma que la cooperación internacional de Cataluña sea de verdad una apuesta sincera por el desarrollo sostenible de los pueblos del Sur y se inscriba en un proyecto a largo plazo coherente y ambicioso.
Artículo publicado en la edición catalana de El País
viernes, junio 30, 2006
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