El deplorable régimen sirio lleva meses inmerso en una contienda interna en la que han muerto ya miles de personas, pero se ve que los muertos por las armas químicas provocan mayor sensibilidad que los demás. No estamos en la Edad Media para que existan unos reglamentos sobre cómo matar de forma honorable: las únicas normas que deberían cumplirse son las de cómo evitar todos los muertos y todas las guerras. Ampararse en el uso de armas químicas para intervenir es una hipocresía sólo comparable a la abominación de los regímenes que en Oriente Próximo machacan de forma sistemática a sus propios pueblos. Y luego está la ONU, que es como una broma, como un matasuegras con el que juegan los dueños de la fiesta.
Napoleón Pérez Farinós (El País)